sábado, 22 de enero de 2011

EN MEMORIA DEL POETA


Como las hojas en otoño
caen tus lamentos cada invierno,
como el perfume añejo de tu cuerpo
a pipa, cigarro y miel avainillado,
me mezcló en lo soluble que es tu alma en la materia…
mismo narrador poeta a la antigua
que funde poesía en tus labios
al besarte.

Como el sol que calienta cada mañana
trae el calor de un sol lejano en mi silueta desnuda,
tras fundirme en la humedad de mis lágrimas tibias
se cruzan las fisuras por la fina cortina de la ventana,
y se calientan los recuerdos en mi sabana rosada
oh… tan fresca en mi memoria y tan añeja
en mi alma que no descansa.

Como los granos de arena en el mar
Son interminables los sueños en alta mar,
recuerdos que vienen y van
como olas que recorren las orillas
una y otra vez sin terminar.

Como la luna se oculta al amanecer
así se ocultan las mariposas de cristal,
alumbrando un sueño de papel…
que ríe en la agonía del silencio
un llanto que solo silba con el viento.

Como aquel abril que gesto al poeta
así se alojó el verbo en su sangre,
dejándolo tibio por el cálido vientre, 
pero húmedo por la muerte en sus senos,
tan temprana vida…
corriendo de manos de un desconocido
llamado destino.

Destino que da vueltas con el viento
cuando hace remolino, así gira y gira
la pasión dentro del alma,
sin miedo a gritar los sentimientos
que nacen con una lágrima,
como aquellas hojas que caen por el otoño
las brisas suaves hacen de un milagro poesía.

Como aquel milagro hecho poesía
un verbo nació de él… para crecer
sano en el vientre de su madre,
así mismo como las hojas, el sol,
la luna y los granos de arena del mar...
la pasión no dejo de gritarle al viento
la agonía de su muerto…
y la lluvia no dejo de mojarle con llanto
al rostro oculto del alma inocente.