domingo, 28 de diciembre de 2014

NIEBLA l

Se añeja por dentro el alma del poeta
Aun joven...
lleva su piel hacia el sol por la mañana
Oh, presa de la rutina y el sabor de su rebeldía
no hay café ni leche que calme su terca postura,
prisionera de su orgullo y su fina cordura 

Explosión y hambre
salpican desde el salero
levemente mojando su mesura

Niña frágil, atormentada por demonios,
lobos hambrientos que intentan devorarla,
Infelices con afilados dientes

Solo el cascarón de hierro
cubre el blando de su corazón
para protegerla del dolor y sin sabor
de un nuevo anochecer.