Amor mío...
eres todo el cielo…
tan pleno…
lleno de estrellas luminosas,
eres para mí
una constelación sagrada,
un sueño invulnerable
en mi realidad.
Irradias como el arcoíris,
dibujando en mi alma…
impresiones de mil colores.
Tu voz de amor,
no es una petición ausente.
Eres un hombre digno,
Digno del amor…
merecedor en su nombre,
mi sabio caballero.
Proyectas a mi vida claridad,
Descubriendo de mis ojos
dudas y miedos,
es tu amor, tu compañía,
que le concede paz y serenidad
a mi alma.
Romina de mi alma, qué ternura leerte. Tanto amor, tanta pasión.
ResponderEliminarNada como la sombra de un gran hombre cubriéndonos la espalda.
Gracias por estar aquí.